
Santos, Mockus, seguridad y principios
El pueblo Colombiano elegirá su próximo Presidente en segunda vuelta el 20 de Junio. Tendrá dos opciones dramáticamente diferentes: Juan Manuel Santos del partido de la U y Antanas Mockus del Partido Verde. De esta elección depende el tipo de nación que construirá Colombia en el Siglo XXI.
Es un momento de excepcional importancia histórica para el país. Es posible que no veamos la magnitud de sus consecuencias por estar tan cerca al evento. No nos engañemos, en Colombia donde todavía las institucionalidad es más débil que lo deseable, la figura presidencial tiene enorme trascendencia. Juan Manuel Santos y Antanas Mockus no podrían ser más distintos. Juan Manuel Santos es el candidato de la política tradicional. Proviene de una familia rica e influyente; su abuelo fue Presidente de Colombia. Santos fue Ministro de Comercio, de Defensa y de Hacienda. Es un hombre experimentado que lleva toda una vida preparándose para ser Presidente. Juan Manuel no es una persona especialmente atractiva ni carismática, pero su estilo es gerencial y su estirpe presidenciable. Santos representa la continuidad de las políticas del Presidente Uribe con mayor énfasis en temas económicos. Una orientación que para nada sorprende de una persona que estudió Administración de Empresas y Economía, y que ocupó cargos como Presidente de la Conferencia de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas, y Director de la Corporación Andina de Fomento (CAF). La propuesta de Santos es una combinación de seguridad y empleo que ha denominado “prosperidad democrática”. Algunos lo critican por acoger prácticas clientelistas y politiqueras. Otros han rechazado algunas bajezas como, por ejemplo, haber doblado la voz del Presidente Uribe en una cuña radial, o haberse copiado un comercial de Jesús Aguilar, candidato a la Gobernación de Silanoa, México. Para Santos estas son vivezas y picardías propias de una campaña. Personaje muy diferente es el candidato Aurelijus Rutenis Antanas Mockus. Antanas es hijo de inmigrantes Lituanos, quienes antes de radicarse en Colombia fueron refugiados en Alemania durante la segunda guerra mundial. Mockus estudió matemáticas en Francia y filosofía en la Universidad Nacional, centro educativo del cual fue Rector entre 1991 y 1993. Mockus es un intelectual. En sus ratos libres no juega golf como Juan Manuel, se dedica a investigar sobre filosofía y sociología. Sus teorías de comportamiento social se basan en la racionalidad del individuo. Para Mockus, la clave del avance de una sociedad radica en la construcción de una ciudadanía culta y responsable. La propuesta de Mockus para el desarrollo de Colombia se basa en la construcción de cultura de legalidad y en una revolución educativa que lideraría su compañero de fórmula, el prominente ex Alcalde de Medellín, Sergio Fajardo. Mockus y Fajardo han señalado que la corrupción, el narcotráfico, la delincuencia y otras manifestaciones de ilegalidad le han impedido a Colombia escapar el subdesarrollo. Un ejemplo claro de la diferencia entre estos dos candidatos es la posición frente al bombardeo del campamento del guerrillero Raúl Reyes en territorio Ecuatoriano. Para Santos la incursión en el hermano país fue justificada para darle muerte al jefe subversivo. Mockus rechaza esta idea. Para el, el fin no justifica los medios; violar las leyes del derecho internacional, aún para darle de baja a un guerrillero, es un acto ilegal. Antanas prefiere la fuerza de la prudencia, de la restricción y de la legitimidad. La idea de justificar prácticas ilícitas para obtener seguridad suena a interceptaciones ilegales (chuzadas), falsos positivos, y violación de derechos humanos. No me convence la noción de que para obtener seguridad es necesario renunciar a los principios. Mi voto es por Antanas Mockus. Esta columna dejará de publicarse durante un periodo indefinido. Le agradezco a los lectores la lealtad, y a la Revista PODER la oportunidad de expresar mis opiniones.
Twitter: @samuelazout
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